lunes, 15 de septiembre de 2014

Baruch Spinoza


Bruma de Oro, el Occidente alumbra
La ventana. El asiduo manuscrito
Aguarda, ya cargado de infinito.
Alguien construye a Dios en la penumbra. 
Un hombre engendra a Dios. Es un judio
De tristes ojos y de piel cetrina;
Lo lleva el tiempo como lleva el rio
Una hoja en el agua que declina.
No importa. El hechicero insiste y labra 
A Dios con geometria delicada;
Desde su enfermedad, desde su nada,
Sigue erigiendo a Dios con la
palabra.
El mas prodigo amor Ie fue otorgado,
El amor que no espera
ser amado. 

                      Jorge Luis Borges