lunes, 21 de julio de 2014

Hamlet; siendo Ser...

Hamlet…El por qué de Hamlet es verdaderamente eso, un por qué;  que rodea la nada, y esa es la nada que siempre algo le dice al oído.
Decimos que la tragedia de Hamlet es, básicamente (o es complejo), una tragedia del deseo. De un deseo que lo mueve a lo largo de todas las escenas como si fuese un sujeto (¿lo es?) que flota, y no termino de entender si el espectro que aparece a lo largo de toda la obra pertenece al Padre o si el espectro es el propio Hamlet.
Pensamos que la aparición del padre (mas precisamente su mandato) desencadena toda una serie de actos que, por una parte, no llevan a ningún puerto ya que Hamlet es un ser sujeto a la duda, sujeto al duelo que nunca acaba, sujeto a la tragedia y sujeto a la procrastinación.
Por otra parte, pienso en un Deseo hamletiano que se mueve pese a la demora, pese al acto inconcluso, un deseo que no se realiza por una cuestión que gira en torno al saber. Hamlet no hace acto (con su deseo) porque sabe.
Este sujeto es emboscado por el destino, pero este emboscado debe ignorar si pretende desear, debe no-saber si pretende actuar, debe actuar si pretende ser
Si el Espectro le dice que es su Padre y el Bien que le dicta al mejor estilo mandamiento debe ser llevado a cabo; entonces me pregunto si debe cumplirlo.
Si esto no es puesto en marcha, entonces, Hamlet…¿Qué Soy?...